Novelass Exilio #2
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Luthyem, el señor Ornitorrinco (I mean myself!) y la comunidad te llaman, Novelass no está en línea.

 

 Saga los hermanos Ruston: libro 2

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MensajeTema: Saga los hermanos Ruston: libro 2   Saga los hermanos Ruston: libro 2 EmptyVie Jul 31, 2009 3:32 am

Iba a subir capi nuevo en el otro foro y se volvió a caer, bueno lo subo aquí....

Saga hermano Ruston
Libro 2: Libertad

Prólogo

Lorgan maldijo por lo bajo cuando el dolor volvió a invadirlo. Trató de mantenerse en pie para al menos conservar en algo la dignidad. El ardiente dolor volvió a lacerarlo dejándolo al borde de la locura, sin embargo, prefirió morderse la lengua y tragarse la sangre antes que reconocer que ya no podía más.
De pronto el dolor lo abandonó con la misma rapidez con que había comenzado, por lo cual no pudo evitar dejar escapar un suspiro bastante prolongado.
Así había estado siendo desde el momento en que Lucy había muerto por sus propias manos, pero aquello nadie lo sabía, ni siquiera su maestro, a pesar de que lo seguía castigando por aquel hecho.
De pie en medio de la gran sala en ruinas observó cómo el portal titilaba con un espectral brillo azul, por lo cual esperó paciente a que aquella amenazante voz le hablara, pero nunca llegaron las palabras que estaba esperando, señal de que era hora de que se marchara de su presencia.
Estaba a punto de salir de aquella fría sala cuando tuvo que pararse en seco.
—Lorgan —lo llamó el más oscuro de todos ellos.
—¿Si? —preguntó con voz servicial. Odiaba ese jueguito, él no había nacido para estar al servicio de nadie. Odiaba recibir órdenes directos. Era en estos momentos en que se maldecía por haber acabado con la vida del incordio de Lucy. Cuando había estado viva, aquel espectro de mago gastaba sus atenciones en ella; ahora que ya no estaba había tenido que buscar un sustituto, y quién mejor que él; sin embargo, no confiaba plenamente en su persona y seguía castigándolo por la muerte de su preciada joya, porque a pesar de que no tuviera pruebas para acusarlo, al más antiguo rara vez se le escapaba algo.
Lorgan sonrió ante el pensamiento. Sabía que estaba jugando con fuego, pero adoraba las luchas de poderes y esta situación era una de ellas. El señor de todos necesitaba a alguien que llevara a cabo su voluntad, ya que en las condiciones en que se encontraba estaba incapacitado para moverse entre los mortales, por lo cual, a pesar de todo su poder estaba sumamente limitado, era ahí en donde él entraba. Contando con el respaldo de la Gran Fuente podía ganar mucha más influencia y más poder, pero para eso tendría que jugar al plebeyo fiel por cierta cantidad de tiempo.
—Supongo que no debo repetirte lo qué debes hacer —le escupió la voz.
Lorgan contó hasta diez antes de contestar.
—Claro. Quiere a los Ruston muertos antes que el invierno acabe y yo creo que puede haber alguien que se interese por el caso —habló con su habitual tono despreocupado.
—Espero que no falles, Lorgan. Ya sabes lo que le pasa a los que me fallan —lo amenazó ante lo cual no pudo evitar quedarse callado.
—Se lo trasmitiré a los peones fieles que tengo en mente para esta misión —le dijo antes de girarse.
—Lorgan —lo volvió a llamar para su pesar.
—¿Qué? —le preguntó comenzando a perder la paciencia.
—Sé que estás pensando que eres intocable por ser el mejor vasallo que tengo en estos momentos, pero supongo que no es necesario recordarte que rara vez me preocupo por conservar a mis brazos derechos por mucho tiempo.
Claro, él lo sabía mejor que nadie, después de todo tenía el ejemplo en su propia familia, pero él era mucho más inteligente y mucho más poderoso para saber cómo jugar sus cartas.
—Claro, señor, nunca lo he olvidado —le contestó con su mejor tono de humildad, acompañado de una sutil reverencia.
Se enderezó y se giró para salir de la sala. Una vez fuera observó al sujeto que se escondía entre las sombras.
—Bien, sal de ahí, Marcus —le ordenó a la oscura figura.
—Señor, a sus órdenes —le contestó el alto hombre de una espesa cabellera oscura—. Mi lealtad está con usted —agregó solemnemente, por lo cual Lorgan sonrió.
—Oh… Marcus —habló comenzando a andar y procurando que el aludido lo siguiera de cerca—. Estoy conciente que te sientes en deuda conmigo, sin embargo, deberías tener en cuenta que aquello te puede jugar en contra.
—No lo entiendo.
—Marcus, Marcus, debes estar conciente que para mí no existe la palabra lealtad, por lo tanto, no dudaré en venderte si con eso salvo mi pellejo —le dijo como si estuviesen hablando del clima.
—Lo sé, Lorgan —le contestó Marcus, bajando la voz hasta un susurro—. Pero no me importa. Si así tiene que ser, así será —le indicó con una aceptación que lo irritó.
—Por favor, tu servicialidad es extrema —le habló, moviendo las manos como si estuviese espantando una molesta mosca—. Como sea, ya sabes lo que quiero así que ponte a trabajar. Quiero a los hermanos completamente separados, así que contacta a tus hombres de confianza para hacerte cargo del asunto.
La enorme figura desapareció de su lado, mimetizándose con la oscuridad reinante. Él, por su parte, continuó su camino a su alejada habitación.
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MensajeTema: Re: Saga los hermanos Ruston: libro 2   Saga los hermanos Ruston: libro 2 EmptyVie Jul 31, 2009 3:33 am

Capítulo uno

Meredith descolgó y esperó a que alguien se dignara a contestar. Los segundos pasaban marcados por el tic-tac del reloj de pared, pero nadie era capaz de coger el bendito auricular. Al final se rindió y colgó, lo más probable era que su padre estuviera en una nueva reunión y no tuviese tiempo para gastar en un saludo matutino.
Se desplomó en el lujoso sillón de cuero y esperó cinco minutos antes de volver a coger el teléfono, sin embargo, esta vez marcó un número distinto, esperando obtener buenos resultados. Tras unos cuantos minutos de constante insistencia obtuvo lo que quería.
—Diga —la voz aterciopelada de su madre respondió del otro lado de la línea telefónica.
—¿Mamá? Soy yo, Mere —saludó algo cohibida.
—Cariño, —la llamó algo cansada— ¿cuántas veces voy a tener que decirte que no me llames tan temprano? —le preguntó a regañadientes.
Claro, debió habérselo esperado. Su madre era un tiro al aire, un pájaro nocturno, por lo cual tratar de encontrarla despierta, sin importar el día de la semana, tan temprano era imposible. Y siempre se lo recordaba cuando ella osaba llamarla por la mañana ante de irse a clases.
—Lo sé. Sólo quería saludarte, nada más —le respondió con tono de disculpa.
Cuando hablaba con su madre siempre se sentía disminuida y retrocedía a los años de su infancia, cuando era renegada al rincón más alejado. Debería estar más que acostumbrada a los desprecios maternos, sin embargo, se le hacía sumamente difícil pasar por alto cada una de sus afiladas palabras.
Quizás por todo eso al final el matrimonio de sus padres se había ido al carajo en menos de lo que lleva respirar. Sólo tenía unos tres años cuando ellos se separaron, así que sus recuerdos eran escasos, es más ni siquiera creía posible que alguna vez hubiese constituido una familia feliz.
—Ya es hora de que crezcas, Meredith —la regañó su madre—. No puedes estar por la eternidad dependiendo de tus padres —agregó—. A tú edad yo ya estaba casada y dirigiendo mi propia…
Dejó que las insípidas palabras se perdieran en el aire. Ella, como tantas otras veces, se perdió en sus pensamientos, esperando a que su malhumorada progenitora dejase de hablar.
“Ay, Meredith, deberías aprender que es una inutilidad seguir creyendo que eres remotamente importante para ellos”, se dijo a sí misma, mientras escuchaba el último vestigio de palabras pronunciada por su madre.
—Lo siento, mamá, no lo volveré a hacer. Espero de corazón que te vaya bien —le contestó tratando de sonar segura y confiada, y tratando de mantener a raya el agujero en su corazón que se comenzaba a abrir con cada nota de desprecio en la voz de Elina Sepúlveda—. Te quería contar que mi exposición fue de mil maravillas, de hecho la sección de “Artes y Letras” del Mercurio le dedicó una pequeña mención. Pues bien, adiós —se despidió y colgó antes que su madre la asaltara nuevamente con aquellos reproches e insultos dichos con palabras bonitas.
Lanzó al sillón contrario el bonito auricular de diseño y se terminó de recostar en su bonito asiento mientras luchaba por contener las lágrimas y por tragar el doloroso nudo que se le había formado en la garganta. Pero a pesar de que ya tenía veintidós años le era difícil dejar atrás las inseguridades que la habían atormentado cuando era una niña. Era difícil ser un producto de una relación sin afecto, saber que eras producto de un embarazo no deseado. Su madre constantemente, y por medio de eufemismos, le reprochaba ser la causa de haberse tenido que casar a tan temprana edad y no haberla dejado disfrutar de su juventud, atándola a un hombre que no amaba y que no amaría jamás.
Cómo fuese, Mere sabía que aquella falta de amor la había marcado, porque a pesar de tener veintidós años nunca había tenido una relación seria, jamás se había involucrado sentimentalmente con alguien del sexo opuesto.- se había recluido en una forma de resguardar sus sentimientos, en una forma de evitar que la historia se volviese a repetir. Cielos, el sólo hecho de pensarlo le causaba extremo pavor, por eso mismo prefería mantenerse al margen, sola y en paz.
El teléfono sonó, sacándola de su autocompasión. Cogió el auricular y contestó. Del otro lado de la línea telefónica sonó la entusiasmada voz de Tere. Se sorprendió al darse cuenta que era algo temprano para que su amiga estuviese funcionando.
—Mere, te esperamos en el mismo lugar de siempre a la hora del almuerzo y no faltes, porque Nicky algo tiene que contarnos —le habló atropelladamente.
—Hoy lloverá o peor aún, puede que se acabe el mundo —le contestó tratando de bromear—. ¿Qué sucedió para que estés tan animada a estas horas de la mañana?
—Oh… no lo sé, es sólo que Nicky me llamó hace un rato y me pegó el buen humor —le dijo provocando que pudiera sonreír sinceramente.
—Debe ser algo sumamente importante y bueno para que te haya despertado y arriesgado a recibir tu reprimenda —le soltó medio en broma.
—Me pintas como un ogro y no es así. Tú sabes que para mis amigas siempre estoy disponible —le dijo y se la imaginó haciendo pucheros.
—Lo sé, Tessa, de eso no hay duda —le contestó con una nota de melancolía en la voz. Su amiga en algunos aspectos le solía recordar a su propia madre, pero la gran diferencia residía en el hecho de que Teresa jamás le daba la espalda a sus seres queridos.
—Bien, ¿entonces en el restorán de siempre? —le preguntó sabiendo de antemano la respuesta.
—Sip, yo también tengo algo que contarles, aunque no creo que sea tan buena noticia como la de Nicky —le contestó su amiga cambiando su entusiasmado tono de voz a uno mucho más monótono.
—¿Qué sucedió? —le preguntó realmente preocupada.
—Mmm… nada. Ya tú sabes —le respondió parodiando el acento centroamericano—, mamá llamó esta mañana y cuando llama siempre deja caer un notición —agregó, restándole importancia al hecho y recobrando su buen humor—. Más rato hablamos, no te retrases —bromeó, sabía que ella era la más puntual de las tres.
—Tessa —la llamó—, procura no retrasarte tú —le dijo antes de despedirse entre risas y bromas.
Teresa y Nicole siempre lograban sacarla de su estado monótono y conseguían devolverle la sonrisa a su rostro. Sin duda que en ellas había encontrado la imagen de la familia que se derrumbó aun antes de que ella naciera.
Suspiró y observó el teléfono que tenía en su mano y lo depositó en la mesita de centro. Se levantó, se estiró y salió en busca de la tarjeta para el autobús y de su bolso con sus cuadernos y salió de su departamento con la cabeza puesta en el día de clases que le esperaba.
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MensajeTema: Re: Saga los hermanos Ruston: libro 2   Saga los hermanos Ruston: libro 2 EmptyVie Jul 31, 2009 3:33 am

Alexion contuvo el aliento cuando el exuberante trasero de Daniela se posó en su regazo.
—Alex —lo llamó con ese tono de voz juguetón, coqueto y malcriado tan característico en las mujeres de su clase y con las cuales estaba acostumbrado a salir—, estoy horriblemente aburrida —agregó haciendo un puchero con sus sensuales y eróticos labios—. ¿Por qué no jugamos juntos? —le preguntó al tiempo que dejaba vagar su dedo por sobre su mentón hasta el cuello de su chaqueta gris—. Antes solíamos divertirnos mucho, Alexion —sentenció en una parodia de tristeza.
Él tuvo que hacer un esfuerzo sobrehumano por no poner los ojos en blanco ante las demandas de Daniela y tuvo que contenerse aun más por no levantarse con brusquedad y dejarla caer en el frío suelo de la cafetería.
—Bueno, sí. Ya sabes —se oyó que le contestaba y sintió sobre él la mirada burlona de su compañero y amigo de curso, Gustavo— los estudios —concluyó fulminando con la mirada a Tavo que había rodado los ojos y había bufado en señal de incredulidad. Cuando estuviesen solos lo mataría, pensó.
—No me mientas, gordito —le contestó Daniela comenzando a jugar con su rojo y bien cuidado cabello.
Sintió la risa de burla de Gustavo ante el apodo cariñoso que soltó Dani y vio la mímica que hizo acompañado a un silencioso monólogo, él le sonrió con amenaza mientras intentaba que Daniela se levantara y se aburriera de su indiferencia, pero no fue así, ella siguió en su regazo y aumentó la presión en su miembro que no fue indiferente a aquel contacto y saltó de la excitación, provocando que soltara de golpe el aire que estaba reteniendo, lo que significó que ella se diera cuenta de su momentáneo poder sobre él. Era en esos momentos en que odiaba ser hombre.
—No te miento, corazón, es verdad que los estudios me han tenido bastante ocupado —replicó con voz ronca, manteniendo a duras penas el jadeo que amenazaba por escapar de su boca ante el provocativo vaivén de las caderas de ella.
—Tú no necesitas estudiar, Alexion —le replicó fingiendo enfurruñarse como una niña pequeña—. Todo el mundo sabe que eres el mejor alumno de tu promoción, además hoy es viernes. ¿Por qué no me llevas a almorzar, gordito? —le pidió volviendo a ese tono de voz que pretendía ser adorable, pero a él le molestaba de sobremanera.
Observó a Gustavo mientras pensaba en una excusa para librarse de Daniela. Maldición, era en esos momentos en que se arrepentía de ser tan mujeriego. ¿Hace cuánto que había terminado con ella? Hace mucho más de un año, pero habían seguido teniendo una relación. Nada seria, sin compromisos, pero una relación al fin y al cabo. Gruñó y la apartó de él suspirando de alivio cuando su miembro quedó libre de la presión de su trasero. Ella lo miró e hizo un mohín y comenzó a patalear con los pies, por lo cual supo lo que vendría a continuación, así que antes de que se pusiera a gritar como una posesa, aceptó la petición de llevarla a almorzar.
Mierda, era patético.
—Está bien, Dani, por los viejos tiempos —le contestó y suspiró al ver la sonrisa que esbozó ante su aceptación.
—Gordito, eres un amor. ¿Qué te parece si luego de almorzar nos escapamos por ahí? —le preguntó tratando de hacer nuevamente el intento de sentarse sobre su regazo, pero esta vez fue más rápido y se levantó al tiempo que recogía sus cosas y su café y le hacía señas a Gustavo para que lo siguiera.
—Cómo quieras —le contestó comenzando a caminar hacia la salida.
Ella gritó su nombre, pero Alexion fingió no escucharla. Con paso presuroso alcanzó la puerta de salida y se encontró al fin con la libertad. El frío aire de julio golpeó su rostro enviándole oleadas de placer y felicidad.
—¿Gordito, por qué no me regalas un café? —le preguntó su amigo imitando de muy mala forma la voz de Daniela.
Alexion lo miró y toda felicidad por haber alcanzado la salida sin problema se esfumó. Gustavo lo miraba con una sonrisa burlona y sus ojos azules brillaron con la anticipación de las pullas que le iba a lanzar hasta que Diego, su otro amigo, las escuchara.
—Cierra el pico, Tavo —le espetó comenzando a caminar en dirección hacia el edificio de medicina.
—Alexion, por favor, no me digas que te vas a molestar. Después de todo tú fuiste el único que se busco a ese incordio —le dijo dando en la llaga. Él lo sabía mejor que nadie, pero no necesitaba que el segundo don Juan de la escuela se lo recordara, así que se dio media vuelta y lo golpeó en la cabeza, desordenando su lindo cabello chocolate, cosa que consiguió que Gustavo se riera aun más—. Gordito, pegas como una niñita —agregó antes de quitarle el vaso de café y comenzar a bebérselo.
Alexion bufó y siguió caminando. Era obvio que todo lo que hiciera o dijera sería usado en su contra, así que mejor se mantendría callado, pero no lo logró.
—Mierda, ¿en qué me metí? —le preguntó al aire, sabiendo que Tavo le contestaría.
—En un almuerzo con la muchacha que nos e despega de ti aun cuando hayan terminado hace bastante tiempo. Eres idiota Alex, ¿cómo es posible que no puedas decirle que no? Al menos deberías tener un colador —le aconsejó su amigo lo que le valió un ataque de risa.
—Por favor, Tavo, tú menos que nadie puedes decirme que sea selectivo. Tú que te metes con cualquier cosa que lleve falda —le contestó anotándose un punto—. Pero tienes razón. Tal vez sea hora de que la pare, no quiero seguir jugando con ella. Es realmente molesta —concluyó al tiempo que entraba al edificio de medicina y tomaba la dirección que llevaba a su próxima clase. Alexion estaba en su último año de medicina y a punto de especializarse en cirugía general, era el mejor de su promoción y con un futuro bastante esperanzador.
Gustavo se puso a la par al tiempo que le guiñaba un ojo a un grupo de chicas de segundo año, que comenzaron a reírse coquetamente. Alex se volteó para mirar a su amigo y frunció el ceño, era cierto que era guapo, o al menos su hermana se lo había dicho cuando había conocido a sus amigos, pero de ahí para hacer un alboroto tan grande… lo dudaba. Bufó de aburrimiento y alcanzó el pomo de la puerta. La sala estaba vacía a excepción de Diego que los esperaba sentado en sus habituales puestos. Los dos lo saludaron, mientras se acercaban a sus sillas y se dejaban caer.
Diego los miró tras sus anteojos de marco azul marino y los interrogó con su negra mirada. Su amigo era bastante perspicaz para darse cuenta cuando tenían algo que contarle y a diferencia de ellos dos, no aprovechaba su evidente atractivo para ir tras las faldas.
—A qué no adivinas, Diego. ¿Cuál es el encantador apodo con que Daniela llama a este pelmazo? —preguntó Gustavo riéndose de antemano a la contestación de Diego.
—¿Gordito? —contestó su amigo y la carcajada de Tavo fue todo lo que se necesitó para saber que estaba en lo cierto.
Alexion rodó los ojos y bufó comenzando a aburrirse de la conversación. De un tiempo a este ya no le encontraba gracia burlarse de la falta de creatividad y de inteligencia de las mayorías de las chicas con que salía, es más ya ni siquiera sentía ganas de seguir saliendo con ese tipo de muchachas. La verdad era que sentía ganas de sentar cabeza y disfrutar de una relación larga y estable y el hecho de que su hermano Rasmus hubiese encontrado a Nicole y estuviesen a punto de casarse aumentaba sus ansias por encontrar la mujer con que compartiría el resto de su vida.
—Alexion —la voz de su amigo lo sacó de sus divagaciones.
—¿Qué? —le preguntó algo ido.
—Vaya, al parecer estás bastante emocionado con tu cita de mediodía —le respondió haciéndolo volver de golpe a la realidad.
—Bastante emocionado —contestó sin convencimiento alguno.
—Si tanto te aburre y te molesta la idea de salir con ella, por qué no te negaste —le preguntó Diego reclinándose en su asiento y masajeando su sien en un gesto de cansancio.
—También me lo pregunto —le respondió sinceramente—. Costumbre, supongo.
—Eso amigo mío, se llama calentura —sentenció Gustavo al tiempo que pasaba uno de sus definidos brazos por su hombro—. El día en que tú le digas que no a una mujer, será el día en que yo me tire del tercer piso de este edificio —sentenció comenzando a reír.
Alexion se desprendió se su abrazo y volvió a golpearlo, pero esta vez no fue nada suave consiguiendo que se callara de una buena vez.
—Entonces comienza a subir esas escaleras, hermano, porque esta tarde pienso darle calabazas definitiva —le contestó poniendo a fin la conversación al mismo tiempo que su profesor y el resto de la clase comenzaba a ingresar al salón.
—Te apoyo —agregó Diego sacando su cuaderno y sus libros de clases—. Creo que ya es hora de que ustedes dos se tranquilicen un poco.
Aquellas palabras retumbaron en su mente. Era lo mismo que él pensaba y por Dios que lo haría realidad. La verdad era que ya se había cansado de andar de un lado a otro, quería llegar a un puerto y quedarse ahí, quería que alguien domara su personalidad volátil y que contuviera el feroz viento al cual tanto se parecía.
—Que no te quepa duda, Diego —sentenció para callarse definitivamente, mientras ponía atención a la lección del día.
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MensajeTema: Re: Saga los hermanos Ruston: libro 2   Saga los hermanos Ruston: libro 2 EmptyVie Jul 31, 2009 3:34 am

Bueno ahora, primera parte del capi 2. Espero que les agrade y ojalá mañana el foro se active



Capítulo dos

Meredith llegó al restorán acordado a la hora acordada, y cómo pensó ninguna de las dos había llegado aún, así que se dirigió a una mesa para tres y se sentó. Pidió un refresco para beber mientras esperaba y se dedicó, en un intento por matar el tiempo, en mirar y absorber los detalles del interior. Era una costumbre bastante arraigada en ella. Desde pequeña se había distinguido por ser sumamente observadora y curiosa, características que habían sido fundamentales a la hora de dedicarse a la pintura y a la escultura. Su capacidad de interiorizar los detalles le habían ayudado para transmitir de forma impecable su sensibilidad en cada cuadro que pintaba, y le había ayudado a desarrollar y a pulir su habilidad innata para el dibujo.
Observó a cada cliente del local y detectó cada pequeño cambio que habían hecho tras su última visita, cosa que no era difícil de darse cuenta cuando eras un cliente habitual. La antigua barra había sido reemplazada, cambiando el simple diseño a uno mucho más trabajado y fino. Sonrió, le gustaba, le daba un aire mucho más acorde con las mesas y las sillas de estilo antiguo que, sin duda, iban con el nombre medieval del restorán. El escondido local Tierra Media lo habían encontrado de pura casualidad, vagando por las calles escondidas de Providencia. Sin querer se habían metido en un callejón de casas estilo londinenses que parecían ser una zona residencial, pero se habían llevado una grata sorpresa al darse cuenta de que era un barrio hotelero y discretamente comercial. El pequeño y acogedor restorán hubiese parecido una casa más sino no hubiese sido por el cartel y el pequeño duendecillo con una pinta de cerveza en la mano trabajado en madera que colgaba en la entrada del lugar, dando silenciosa y cómplicemente la bienvenida al viajero perdido, toda una fantasía.
El camarero llegó con su bebida y le sonrió familiarmente. Era obvio, una vez al mes se juntaban en ese lugar para almorzar, era una de sus tantas tradiciones, al igual que la junta de todos los jueves en algún pub o happy hour, definitivamente sus dos amigas eran sus pilares más importantes y daba gracias por ello.
La campanilla de la entrada sonó anunciando la entrada de un nuevo cliente. La rubia cabellera de Tessa y el achocolatado cabello de Nicky aparecieron en su campo de visión. Ambas venían riendo de tal forma que le contagiaron inmediatamente el buen humor.
—Hola —las saludó y ambas le correspondieron el saludo a medida de que se sentaban causando un estruendo, pero no se acobardaron.
—Nos encontramos en la esquina —le habló Tessa, poniéndola al día.
—Creo que se me pegó la impuntualidad de Tere —agregó Nicole que se veía más resplandeciente que nunca.
Teresa la miró fingiendo indignación, causando que ella y Nicky soltaran una carcajada.
—Te perdonaré ese agravio sólo si nos cuentas tu noticia ya —contestó Tessa aguantando su propia risa.
Mere desvió su mirada hacia Nicole y pudo ver el brillo de felicidad y dicha que invadió a sus oscuros ojos, se veía realmente resplandeciente. Toa la tristeza que le había visto en las últimas semanas había desaparecido mágicamente, lo que le causó gran curiosidad.
—¿Tendrá algo que ver con tu héroe, Nicky? —le preguntó y el rubor que cubrió su rostro fue la respuesta que necesitaba para saber que había acertado.
Nicole era una persona muy fácil de tratar, era sumamente transparente y sincera, así que no era necesario que expresara con palabras sus pensamientos, con una simple expresión en su rostro los dejaba transparentar, haciendo que las personas cercana a ella supieran lo que pasaba por su cabeza.
—La verdad, sí, tiene mucho que ver —contestó, tomando el menú y abriéndolo para examinarlo—. ¿Por qué no ordenamos y luego les cuento? —preguntó.
Ambas asintieron y tomaron sus respectivos menús; sin embargo, Mere se distrajo con el brillo en el dedo anular de la mano izquierda de su amiga, un hermoso anillo de diamante y oro blanco resplandecía con magnánima grandeza. Aquello le dijo mucho, ¿seria posible que su amiga estuviera pronta a casarse? Esa sería la única respuesta para tanta felicidad y misterio. Quiso preguntarle, pero tal vez arruinaría la sorpresa, era obvio que Nicky quería ser la que diera la noticia, así que se mordió la lengua y se concentró en los distintos nombres que adornaban el menú. Al final se decidió por la Ensalada César.
Ordenaron sus almuerzos y se entretuvieron conversando de un sinfín de trivialidades, hasta que el camarero llegó con sus pedidos. La primera en sacar el tema nuevamente fue Tessa.
—Y bien, ¿qué tiene que ver el cabezotas buenorro con tu cara de felicidad? Supongo que al fin está haciendo las cosas bien —le dijo, estaba claro que Tere aún no olvidaba la vez que Nicole había llegado a su casa completamente afectada, había llorado todo el fin de semana y apenas le habían visto el pelo, porque se la había pasado encerrada en su cuarto, evadiendo sus preguntas e ignorando sus suposiciones.
Nicole se rió claramente acordándose del mismo hecho que ella. Nunca les había contado qué era lo que había pasado y ellas habían dejado de insistir sabiendo que no conseguirían nada, además era un asunto de pareja que debían resolver en pareja.
—Está haciendo las cosas bastante bien —contestó Nicky con un brillo pícaro en los ojos.
Teresa fingió sonrojarse, llevándose la mano a la boca fingiendo vergüenza.
—Algo le han hecho a mi dulce Nicky. Ese pervertido te está profanando —contestó causando que volvieran a estallar en una estruendosa carcajada arrastrando a su mesa la mirada sorprendida de alguno de los clientes.
Nicole movió la cabeza negativamente, tratando de contener la risa. Se llevó un bocado de su comida y se tomó su tiempo para tragar, luego las miró y levantó su mano izquierda para mostrarle el fino anillo que adornaba su dedo anular.
—Nos vamos a casar, para primavera. Así que pronto pasaré a ser la señora Ruston —les contó y ella no se sorprendió, porque ya se lo esperaba, pero Teresa fue bastante efusiva, dejó caer el tenedor causando un nuevo estruendo que volvió a atraer las miradas y se pellizcó la mano en un intento por saber si estaba soñando.
—No me lo puedo creer —exclamó, llevándose su vaso con bebida a la boca. Aquella reacción la entretuvo, Teresa era bastante directa y expresiva para sus cosas lo que hacía el contraste perfecto con el carácter tímido de Nicole y la personalidad reservada de ella.
Nicole sonrió y desvió la mirada hacia ella.
—No pareces sorprendida —le dijo, pero no reprochándoselo, sino constatando un hecho.
—Estoy sorprendida, pero no por la noticia. Me la esperaba en cuanto vi el anillo en tu mano. Me sorprende que te vayas a casar, claro está. Digo, ha sido rápido —le contestó sonriéndole a su vez. La verdad era que se alegraba bastante por su amiga. Rasmus le había parecido un hombre bastante bueno para Nicole, eran la pareja perfecta, de eso no había duda, ¿y qué mejor que se unieran en matrimonio? —Te felicito, Nicky, es la mejor noticia que nos has podido dar —la felicitó sinceramente.
—No es sólo eso, es una bomba —volvió a exclamar Tere—. Debo reconocer que por haberte hecho llorar tenía unas ganas locas deponerle las manos encima, pero esto —dijo, tomando la mano izquierda de Nicole y apuntando el anillo— lo compensa todo. Mi Dios, si es un bombón. Tendrás que darme la receta para cazar a uno parecido —sentenció, volviendo a su comida.
Nicole se rió del comentario.
—Bueno tiene dos hermanos y con uno ya tuviste un gran encontronazo —le contestó y el rostro de Tessa cambió de expresión.
—Se me ha quitado el apetito. Eres cruel, Nicole. Ese sujeto es el ser más despreciable que he conocido, condenadamente atractivo y sexy, pero proporcionalmente desagradable —respondió categóricamente.
Ella no pudo evitar reírse. Tere era demasiado exagerada para algunas cosas.
—Los amores reñidos son los más queridos —agregó ella disfrutando la expresión de horror que invadió el rostro de su rubia amiga.
—Muérdete la lengua, blasfema —le contestó, haciendo la señal de la cruz como si ella fuese el mismo demonio, lo que causó otra tanda de risa por parte de ella y Nicky—. Claro, ríanse. No importa, cuando vuelva del sur con un bombón de ensueño, seré yo la que ría de último —soltó sorprendiéndola a ambas.
—¿Al sur? —oyó que le preguntaba Nicole.
—Sí, verán, lo que les decía cuando hablé con ustedes en la mañana —hizo una pausa para tomar otro bocado, cuando tragó, continuó—. Mamá me llamó desde París para contarme que papá quiere verme —les contó y su expresión se ensombreció un poco.
Teresa era hija de madre soltera. Su padre era un hombre casado que había tenido una aventura con su madre, dejándola embarazada y a pesar de que la había reconocido como hija, se había negado a dejar a su propia familia para hacer una vida con ellas dos, así que Cecilia y Teresa habían salido adelante juntas, creando un fuerte lazo entre madre e hija.
—¿Por qué quiere verte ahora? —le preguntó centrando toda su atención en Tere, que trató de parecer indiferente ante aquel hecho, pero a pesar de sus esfuerzos para Nicole y para ella era evidente que aquello le afectaba.
—Al parecer está enfermo y quiere verme para estar en paz. Ustedes saben, algo así como expiar sus pecados. Mi hermanastro se comunicó con mamá para preguntarle por mí. Así que en una semana más viajo a Puerto Varas a hablar con el viejo. Supongo que será un paso para mi propia tranquilidad —agregó—. Ya saben, no es sano guardar rencor, además sería darle más importancia de la que tiene —sentenció aparentemente tranquila, pero para ellas era obvio que no le era indiferente.
Nicole estiró su mano y tomo la de Tere, ella la imitó estrechando la otra mano con lo cual le dijeron si n palabras de que pasara lo que pasara la tenía a ellas. Tere les sonrió y volvió su atención a su vaso de bebida.
—No nos pongamos tristes hay que celebrar —exclamó alzando el refresco—. Por Nicole y Rasmus. Que sean muy felices.
Las tres brindaron entre risas y bastante emocionadas, cuando sintieron que la campanilla de la entrada volvía sonar. Mere desvió la mirada y se concentró en los recién llegados y sintió que el aire la abandonaba. Unos ojos grises como la plata las observaba divertido. Les sonrió y se acercó a ellas. Nicole se giró y observó al hombre que acababa de llegar acompañado por una deslumbrante pelirroja.
—Hola, cuñis —la saludó el hermano menor de Rasmus Ruston y que ella había tenido la oportunidad de conocer en otra oportunidad.
Él desvió la mirada de Nicole y la clavó en ella deteniéndose para recorrerla por completo. Una sonrisa depredadora se formó en sus perfectos labios, desconcertándola. Mere tragó saliva tratando de mantenerse calmada, odiaba eso. La primera vez que lo había visto se había sentido exactamente igual, sumamente contrariada, incómoda y vulnerable ante la arrolladora presencia de él.
—Hola, Meredith. Tanto tiempo —la saludó con aquella seductora voz que evocaba y prometía lujuriosas fantasías.
—Hola… ¿cuál era tu nombre? —le preguntó fingiendo no acordarse en una forma de autoprotegerse.
La expresión de él cambió. Lo había sorprendido de sobremanera, su sonrisa desapareció, pero no desvió su mirada inmediatamente de ella. Con voz lenta y sedosa le contestó:
—Alexion, pequeña Mere. Qué lástima que no me recuerdes, porque ciertamente yo sí lo hago. —Le dedicó una devastadora sonrisa que la dejó nuevamente sin aire, para luego volverse a una estupefacta Tere que miraba a Nicole con cara de interrogación—. Tú debes ser la que bofeteó a mi hermano Rau. Bien hecho, a veces se lo merece —le dijo ganándose inmediatamente la simpatía de Tessa.
Las presentaciones corrieron por parte de Nicole que cruzó palabras con él con bastante familiaridad y cariño. Ella prefirió quedarse al margen y se dedicó a observar a la sensual acompañante. Era obvio que aquel tipo de mujer eran sus preferidas. La primera vez que lo había visto se había dado cuenta de que era un mujeriego sin escrúpulos, pero verlo en acción le molestaba más de lo que creía o quería aceptar. Además la pelirroja parecía ser de esas que no tenían mucho cerebro, se notaba en sus risitas tontas y en los seudónimos empalagosos que ocupaba para referirse a Alexion. ¿Qué era eso de “gordito”? Bufó atrayendo las miradas hacia ella, lo que él interpretó como una directa manifestación de molestia por su parte, porque rápidamente se despidió para tomar del brazo a su acompañante, pero antes de irse clavó su gris mirada en ella nuevamente y le sonrió.
—Espero que la próxima vez que nos veamos me recuerdes, Mere —le dijo y le guiñó un ojo en un gesto casual, pero que envió onleadas de calor y electricidad a su cuerpo. Estuvo a punto de jadear, pero logró controlarse. Sin embargo, no fue capaz de contestarle, él se giró y arrastró a la mujer hacia una mesa vacía, muy cerca a la de ellas, sentándose en la silla que quedaba justo en su dirección. Su perturbadora mirada siguió fija en ella capturándola por completo y haciéndola sentir incómoda. En un intento por volver a tomar el control de sus emociones se giró hacia sus amigas y se halló que la miraban con sorpresa e intriga.
—Suéltala —le ordenó Teresa con una mirada cómplice.
Ella puso cara de no entender, pero Nicole lo complicó todo.
—No me había fijado que saltaban esas chispas entre ustedes. Prácticamente te comió con la mirada y tú casi asesinaste a su acompañante. Dios, si tan sólo se han visto una vez —agregó y supo que el siguiente tema de conversación sería ella.
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Mary




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MensajeTema: Re: Saga los hermanos Ruston: libro 2   Saga los hermanos Ruston: libro 2 EmptyVie Jul 31, 2009 4:01 am

al finnnnnnn cheers

gracias me encanto, aunque a veces me pierdo con los nombres y lso diálogo >.<

pero igual me gusto, y quiero más....anda que parece que el muso ha vuelto acompañarte, publica pronto Wink
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absara




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MensajeTema: Re: Saga los hermanos Ruston: libro 2   Saga los hermanos Ruston: libro 2 EmptyVie Jul 31, 2009 4:02 am

Fi todavia no lo leo pero este post es solo para decirte lo feliz que me hace que hayas subido capi nuevo. Smile
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firiel

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MensajeTema: Re: Saga los hermanos Ruston: libro 2   Saga los hermanos Ruston: libro 2 EmptyVie Jul 31, 2009 4:04 am

Citación :
gracias me encanto, aunque a veces me pierdo con los nombres y lso diálogo >.<


De verdad? rayos, estoy perdiendo facultades, trataré de poner atención para la próxima....

besitos
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citu

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MensajeTema: Re: Saga los hermanos Ruston: libro 2   Saga los hermanos Ruston: libro 2 EmptyVie Jul 31, 2009 4:10 am

Buen capitulo Fi que encuentro entre Alex y Mere saltaban chipas.
Esperando más capitulos.
Y aprovecho que Gathi no esta alex es un sueño.
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Mary




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MensajeTema: Re: Saga los hermanos Ruston: libro 2   Saga los hermanos Ruston: libro 2 EmptyVie Jul 31, 2009 4:16 am

citu escribió:

Y aprovecho que Gathi no esta alex es un sueño.

hahahahaha ...pero si la nena es un sol, citu
Cool
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Yoli

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MensajeTema: Re: Saga los hermanos Ruston: libro 2   Saga los hermanos Ruston: libro 2 EmptyVie Jul 31, 2009 4:39 am

Ohhh que chispazos saltaron entre Alex y Mere ^^
que mala Tere al referirse asi a mi Rau Sad si el niño es un angel (hasta que se demuestre lo contrario) Laughing jeje

me gusto XD
esperando más!!
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13gathita31

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MensajeTema: Re: Saga los hermanos Ruston: libro 2   Saga los hermanos Ruston: libro 2 EmptyVie Jul 31, 2009 6:37 am

Hola firiel!!!!!!
que gran sorpresa mi alex salio en accion con mere
dios casi me desmayo (cielos en mi casa me miran raro xD)
me encanto la dramatizacion de tessa jjaaja
y la cara que puso al recordar a Rau pero al menos admitio que este guapo y sexy Wink
y la maldita morra que acompañaba a mi alex a voy a matar :@@


citu!!!!! mas te vale que dejes a alex tranquilo hehe te estare vigilando Cool
gracias Mary por defenderme de esa robachicos Razz
te lo agradezco Very Happy
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lea

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MensajeTema: Re: Saga los hermanos Ruston: libro 2   Saga los hermanos Ruston: libro 2 EmptyVie Jul 31, 2009 11:14 am

muy buen cap! Me encantó cuando mere fingió no recordar su nombre! Eso lo dejo KO!!!!! Jajaja
De verdad que alex estonto por cumplir los caprichos de la idiota descerebrebrada esa! Encima lo llama ”gordito"!!!! Arg! ( necesito mis smiley) Crying or Very sad
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desidelia

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MensajeTema: Re: Saga los hermanos Ruston: libro 2   Saga los hermanos Ruston: libro 2 EmptyVie Jul 31, 2009 12:35 pm

Uy uy uy.. Mere yo de ti tendría cuidado.. Alexion al ataque !!!!

El capítulo ha sido genial, estoy deseando que llegue el siguiente...jajajaj
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sokie

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MensajeTema: Re: Saga los hermanos Ruston: libro 2   Saga los hermanos Ruston: libro 2 EmptyVie Jul 31, 2009 11:02 pm

Cuando Mere soltó: ¿cuál era tu nombre?
eso me encantó, la niña supo hacerlo, sí señor,
pero Alex está claro que, para empezar es un don Juan y para terminar,
le gusta mucho Mere, tal y como dijo Nicole, saltaban chispas entre ellos.

Este historia promete.

¿Teresa se marcha? entonces ¿cuando se va a encontrar de nuevo con Rau?
¿hasta que no llegue su historia nada de nada?
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lea

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MensajeTema: Re: Saga los hermanos Ruston: libro 2   Saga los hermanos Ruston: libro 2 EmptySáb Ago 01, 2009 10:33 am

sokie escribió:
¿Teresa se marcha? entonces ¿cuando se va a encontrar de nuevo con Rau?
¿hasta que no llegue su historia nada de nada?


Rau no se marchaba tambien a la casa donde habian muerto sus padres??????????????????????????

puede que de la sasualidad que ambos lugares estan cerca y se encuentren!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! (smiley vieja bailando)

(Smiley besos) xoxo
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firiel

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MensajeTema: Re: Saga los hermanos Ruston: libro 2   Saga los hermanos Ruston: libro 2 EmptyDom Ago 30, 2009 9:06 pm

lol!
en huelga


si me quieren leer, pues pasense por el blog....
XD
www.bittersimphony.blogspot.com
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Misi

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MensajeTema: Re: Saga los hermanos Ruston: libro 2   Saga los hermanos Ruston: libro 2 EmptyDom Ago 30, 2009 9:12 pm

Gracias por avisar, Firiel Wink Smile
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