Capitulo 19Jesse, todavía a horcajadas sobre Irina y sin despegar sus labios de los de ella, comenzó a bajarle los tirantes de la blusita que llevaba, para tener mejor acceso a su hombro. Una vez lo hubo conseguido, sus labios dejaron los suyos, comenzando un caminito de besos por su cuello hasta sus hombros, mientras sus manos acariciaban por debajo de la blusa. I
Irina gimió su nombre, haciendo que el se encendiera más de lo que ya estaba. La hizo enderezarse, y le sacó la blusa por la cabeza, dejándola tan solo, en sujetados, y shorts. La observó durante unos segundos.
Ella estaba sonrosada y en sus ojos se podía ver el brillo de la excitación. Jesse, sin poder contenerse más, dirigió sus labios hacia los de ella nuevamente, devorando su boca completamente. Un momento después, sus labios descendieron hacia abajo, en dirección a sus senos.
Irina contuvo la respiración al notar sus labios, sobre la tela de su sujetador. Pero Jesse apenas la tocó ahí. Sus labios siguieron bajando, deteniéndose en el piercing que tenia en el ombligo. Irina gimió, al sentir como Jesse jugaba con él con su lengua, mientras con sus manos le bajaba poco a poco los shorts, hasta dejarla tan solo en ropa interior.
- Jesse - susurró ella, al darse cuenta de lo que estaba pasando -
- Ssssh, no pasa nada, amor - le dijo él, mientras seguía con sus besos, ahora ascendiendo por sus piernas -
- Jesse...yo..yo nunca..- tartamudeó ella, excitada y nerviosa a la vez.-
Jesse se paró de repente, aturdido al entender lo que ella estaba tratando de decirle. Levantó la cabeza y la miró. Irina, apartó la mirada, avergonzada por la confesión que acababa de hacerle. Pero tuvo que volver a mirarlo, cuando Jesse le levanto la cara con sus manos, y la miró fijamente a los ojos.
- ¿Eres virgen? - le preguntó con voz ronca -
Irina trató de apartar su mirada de la de él, pero Jesse se lo impidió.
- Si - le respondió, en un susurro casi inaudible, mientras sentía como su cara ardía por la vergüenza -
- ¿Pero como es posible? - preguntó él, con la boca abierta por la impresión - Tienes 21 años, eres preciosa, ¿y por todos los santos! ¡Has ido a la universidad! - exclamó él. Estaba tan asombrado, que no se daba cuenta de que la estaba avergonzando -
Irina, intentó taparse la cara con las mantas para que no le viera el rostro pero él no se lo permitió.
- Espera, amor. Lo siento, es que me has pillado por sorpresa. - le dijo él, apenado por su falta de tacto, mientras la sentaba en su regazo y la apretaba contra si - ¿Como...? -
Irina lo miró, y vio decidió contarle las razones por las que todavía era virgen.
- Como sabes, mi poder es el de leer las mentes.- comenzó a decir ella, viendo como la comprensión llegaba a los ojos de Jesse - Ya has visto, lo que me pasa si estoy demasiado cerca de un humano. No puedo soportar el bombardeo constante en mi cabeza. - le explicó -
- Ya no hace falta que digas nada más. Ya lo he entendido.- le dijo él, mientras la tumbaba nuevamente en la cama y se volvía a poner a horcajadas sobre ella, como habían estado antes de la confesión de Irina - ¿Estas segura de que quieres hacerlo? - le preguntó, un momento después -
Irina asintió, dejando que Jesse retomara lo que había dejado un momento antes. Sintió su cuerpo arder con cada una de sus caricias, de sus besos, y quiso rogar por alivio.
- Por favor..- gimió ella, retorciéndose cuando sintió sus labios en la parte alta del muslo -
Jesse, satisfecho con el estado en el que ella se encontraba, comenzó a bajarle las braguitas, para luego colocarse sobre ella y embestir suavemente. Intentando causarle el menor dolor posible. Ambos gimieron cuando Jesse, hubo entrado por completo en su interior. La miró, y supo que nunca había visto ni sentido algo tan hermoso, como era estar haciendo el amor con Irina. Estaba tan bonita, con los ojos fuertemente cerrados, y la cara sonrosada y brillante por la excitación. Se acercó a ella, y depositó un sueva beso en sus labios. Ella pestañeó y lo miró, justó en el momento en que comenzó a moverse en su interior.
Irina no podía creer que lo que estaba sintiendo fuera real. Era la sensación más maravillosa que alguna vez había sentido. Mientras alcanzaba el clímax, pensó que no se había sentido tan completa y feliz en toda su vida.
*****
Amadeus intentó controlar su genio antes de entrar a hablar con Serilda. Estaba muy enfadado consigo mismo por como se había comportado con Moz.
Sabia que le había hecho mucho daño, y que ella no se lo merecía, pero no había sabido como reaccionar al darse cuenta que en tan solo cinco minutos, había tirado por la borda, la contención de toda una vida. Toda la vida deseándola, e intentando contenerse por el bien de la Orden, para que todo se fuera a la mierda de un plumazo.
Respiró hondo varias veces. No podía entrar en ese estado a ver a la vieja bruja. Tenia que mostrarse sumiso ante ella, y no podía fingir sumisión, en ese momento.
Después de unos minutos, consiguió calmarse lo suficiente, y entró a la sala en la que se encontraba Serilda.
Ella caminaba de un lado a otro como un animal salvaje, que acabara de ser enjaulado. Cuando él entró, se giró como una posesa, posando sus dementes ojos sobre él.
- ¡Donde demonios estabas! ¡Te llamé hace una hora! - le espetó ella, mientras se acercaba a él con paso apresurado -
Amadeus se mordió la lengua para evitar responderle. E hizo lo que se suponía debía hacer en ese momento. Acuclillarse ante ella, y agachar la mirada.
- Los siento, mi señora. Vine lo más rápido que pude.- le dijo, utilizando el tono más sumiso posible -
- ¡Capturaron a uno de los nuestros! - espetó ella, caminando de un lado a otro nuevamente -
Amadeus estuvo apunto de levantar la cabeza exigiendo una explicación. En cambio, se contuvo, y espero a que ella se explicase.
- ¡Los siguieron a una discoteca, pero al llegar allí Jesse e Irina habían desaparecido.! ¡Al parecer alguien se nos ha adelantado! - exclamó enfurecida - ¡Y para colmo, uno de los guerreros, decidió tomar sus propias decisiones y disparar a Nate Morwellan! - añadió, chillando más todavía, tanto. Amadeus se tensó al escuchar lo que ella acababa de decir. Eso no entraba en los planes.-
- ¿Y lo mató? - se atrevió a preguntar, un momento después -
- ¡No! ¡Hailey Burdock se puso delante y recibió el impacto de la bala! ¡Pero tampoco consiguió matarla a ella.! ¡Habían cinco hermanos Burdock con poderes sanadores, además de Una Gollen! - dijo, escupiendo los nombres -
Amadeus se calmó nuevamente. Los planes no se habían torcido. Todo iba por el buen camino.
- ¡Tienes que averiguar quien se nos adelantó y porque! - le exigió ella, volviendo su mirada hacia él.-
Amadeus sintió como si quisiera traspasarlo.
- Por supuesto, mi señora - le respondió, sin levantar la mirada del suelo -
- Mañana espero una respuesta - le advirtió ella.-
Amadeus se contuvo, para no resoplar. Si ella supiera que tenia a quien quería debajo de sus narices..,pensó con diversión. Un momento después, ella lo despidió, y Amadeus se dirigió a su apartamento a contar las nuevas noticias.
*****
Irina se levanto y se dirigió al baño para darse una ducha. Al entrar se tropezó con un mueble, haciendo que unos frascos de cristal, cayeran sobre sus pies, y estos comenzaran a sangrar.
- ¿Irina que..? ¡Demonios! ¡Estas sangrando! - exclamó al entrar en el baño y ver su pie.-
Lo que pasó a continuación los dejó asombrados a ambos. Jesse hizo ademán de acercarse para sanar su herida, pero se paró en seco al ver como dejaba de sangrar, y comenzaba a cerrarse sola. Unos segundos después, no había ni rastro de ella.
Irina miró a Jesse con los ojos como platos. No podía creer lo que acababa de suceder. Pero cuando lo miró, vio que él miraba con la misma expresión, hacia el pie en cuestión.
- ¡Que diablos...!
- ¡Cuida esa lengua jovencito! - lo regañó una voz de mujer -
Irina y Jesse se giraron hacia la voz la puerta. Entonces vieron a una mujer que aparentaba alrededor de 70 años, que los contemplaba con una sonrisa divertida.
- ¿Quien es usted? ¿Y como a entrado? - le preguntó Jesse, arqueando una ceja. Aquellos secuestradores debían de ser estúpidos si enviaban a una anciana a su habitación. En menos de un minuto, Irina y él estarían huyendo -
Sus pensamientos se interrumpieron al escuchar la carcajada de la mujer. Jesse la miró con cara sombría, esperando intimidarla para ver si así conseguía sacarle algo.
- Eres tal y como imaginé que serias, Jesse Burdock. - Le dijo la mujer, con una mirada misteriosa. Luego posó su mirada en Irina, sin dejar la sonrisa - y tu Irina Morwellan.
- Veo que sabe muy bien quien somos...¿Y usted quien es? - le preguntó Irina, mirándola atentamente -
La mujer volvió a reír, haciendo que Jesse comenzara a exasperarse.
- Tranquilo muchacho, no te enfades. Simplemente, me causa diversión ver que sois tal y como siempre imagine. - le explicó, con una sonrisa - Mi nombre es Selene.
Jesse e Irina se miraron mutuamente, ambos pensando en lo mismo. ¿Selene? ¿La bruja que había hecho la profecía hace 35 años?
- Esa misma - dijo ella, respondiendo a la pregunta que ninguno había echo en voz alta -
*****
Amadeus entró su apartamento y se dirigió al salón, donde se escuchaba el ruido del televisor. Allí encontró a Wolf. Miró a su alrededor, pero no vio ni rastro de Moz.
- ¿Donde está? - le preguntó a su amigo -
Wolf se giró a mirarlo, con el ceño fruncido.
- No ha salido de su habitación todavía.- le dijo, mirando a su amigo intensamente - ¿Que pasó después de que me fuera está mañana? - le preguntó, con mirada sospechosa -
Amadeus, miró para otro lado.
- No pasó nada - respondió Moz, entrando en ese momento al salón -
Había escuchado a Amadeus llegar. Y sabia que traía noticias de Serilda, porque había oído cuando lo llamaban.
Así que había decidido salir. La orden era lo primero. Si alguna vez lo había dudado, esa duda se había disipado. La orden era lo primero, repitió mentalmente.. Siempre.
Amadeus y Wolf miraron a Moz como si se hubiera vuelto loca.
Llevaba unos pantalones de deporte largos, una camiseta ancha, que ocultaba todas sus curvas, el pelo recogido en una coleta, y la cara sin maquillar. Se miraron el uno al otro sin poder creer lo que sus ojos veían. Esta no era la alocada, juguetona y provocativa chica, que conocían de toda la vida.
- ¿Que haces vestida así? - le preguntó Amadeus, temiendo saber la respuesta -
Moz, ignoró sus miradas. Después de dos horas llorando bajo la ducha, llegó a una conclusión. Nadie la trataría nuevamente como a una puta. Si para eso tenia que dejar de ser lo que era delante de ellos, lo haría. Así que, había buscado entre la ropa vieja de deporte, que le habían obligado a usar en el instituto, y se la había puesto. Se había recogido el pelo y mirado al espejo contemplando su aspecto.
- ¿Que quería la vieja? - preguntó, dejando atrás sus pensamientos e ignorando la pregunta de Amadeus -
Él arqueó una ceja. Caminando hacia ella, y agarrándola del brazo. No iba a permitir que lo ignorase.
- Suéltame. - le dijo con voz fría -
- ¡Por que demonios está vestida así! - le espetó él. -
Ella lo miró a los ojos, y después de unos minutos le dijo.
- La puta de la casa a muerto. Esto es lo que soy ahora.
Amadeus sintió como si hubieron cogido su corazón, para retorcerlo. Quiso explicarle porque había dicho aquello pero se contuvo al ver a su amigo allí. No hablaría de lo que había pasado entre ellos delante de él. Era algo privado, y así se quedaría. La soltó, y se giró. Comenzando a explicarles su conversación con Serilda.
Capitulo 20- ¿Como ha sabido lo que estabamos pensando? ¿Lee mentes? - le preguntó Irina, después de salir de su estupefacción -
- No hacia falta leer mentes para saber lo que estabais pensando. Vuestras caras lo decian todo.- le respondió la mujer -
Jesse se quedo mirandola durante unos momentos, y luego miró el pie de Irina, que no tenia ninguna señal de lo sucedido.
- ¿Has hecho tu eso? - le preguntó un momento después -
Ella lo miró de manera misteriosa, sin quitar de su rotro ese sonrisa que tenia desde que habia llegado.
- No. Yo no poseo el poder de sanar. Pero aunque lo tuviera, no habria podido usarlo. En Maverick no se puede usar magia desde hace 35 años, cuando lanzaron el hechizo.- les recordó -
- ¡Pues ese hechizo debe haberse roto! ¡Porque su pie acaba de sanar, y yo no lo hice! ¡no me dio tiempo! - le espetó Jesse, con frustación. No le gustaba no saber que estaba pasando -
- ¡Tranquilizate muchacho! ¡no hace falta ser grosero! - Lo censuro Selene, haciendo que Jesse apretara los dientes -
- Bueno , ¿entonces que ha pasado? - preguntó Irina, intentando alejar la tensión -
- Os habeis vinculado. Por eso tu cuerpo se ha sanado a si mismo en cuanto se ha herido.- le respondió ella, haciendo que Jesse e Irina abrieran los ojos como platos -
- ¡Pero no tiene sentido! Vale, estamos vinculados. ¿Pero como nos vinculamos? Y lo más importante, ¿Como diablos me voy a sanar a mi misma si yo no tengo ese poder?
- La vinculación es diferente en cada caso. - comenzó a decir la mujer - Siempre se forma el vinculo con el sexo y la sangre, aunque aparecen otras variantes.
- Entiendo que hemos compartido sexo, pero no sangre - dijo Jesse, mirandola con el ceño fruncido -
- Si, lo hicimos.- interrumpió Irina, mirandolo.-
- ¿Cuando? - le preguntó, con el ceño fruncido -
- El dia que las chicas...mmmm..nos pillaron..- le susurró al oido, tratando de que Selene no los escuchara.-
No funcionó. Ya que Selene soltó una carcajada en ese momento. Jesse e Irina no sabian si sentirse insultados o dirvertidos. Esta mujer era muy risueña, los tenia confundidos.
- La cuestión es que compartisteis sangre. Y luego sexo. Y eso os ha vinculado. - les dijo unos minutos después. Cuando se habia recuperado de su ataque de risa -
- Comprendemos eso. Pero todavia no nos has dicho que tiene que ver eso con la regeneración del pie de Irina - le dijo Jesse -
- Al vincularos, Habeis aceptado compartir vuestros poderes además de vuestra vida. - les dijo, y pudo ver la comprensión en sus miradas. -
- ¿Quieres decir que poseo los poderes de Jesse, y el los mios? - le preguntó Irina, mirandola con los ojos como platos -
- Si. Eso es exactamente lo que estoy diciendo. - Le respondió la anciana -
No tengo nada mas escrito... si me da tiempo de escribir más lo publico.
xoxo