Una probadita del libro 20 en español 
... Disculpen la tardanza de la traducción del libro pero hemos estado algo ocupadas 
Disculpen si hay horrores de traducción, pero tiene desde el año pasado que lo traduci y no lo había corregido aun XD por eso la tardanza de hoy en subirlo! ire subiendo parte por parte, ya que ocupo revisar cada parte ok! no desesperen por fis =)!! ::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::Capitulo 1 "Remember When"
Ya esta listo el capitulo completo para que se lo bajen ok! que lo disfruten ::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::Capitulo 1 (primera parte)
Un eructo heroico de truenos siguió al pequeño hombre extraño dentro de la tienda. Él miro alrededor apenado, como si el descortés ruido hubiera sido su culpa en vez de la naturaleza, dejo caer el paquete que llevaba bajo el brazo para cerrar su paraguas a rayas blancas y negras.
Tanto como el paraguas como el hombre goteaban, algo un tanto lúgubre, dentro de la tienda ordenada de esteras solo dentro de la puerta, mientras la fría lluvia de primavera derribaba las calles y aceras al otro lado. Se mantuvo parado en el mismo lugar, como sino estuviera seguro de ser bienvenido.
Laine volteo a verlo y le envió una cálida sonrisa de bienvenida. Como lo llamarían sus amigos, una sonrisa de su vendedora cortes.
- !!Que más daba ella era una vendedora atenta –y en ese momento su gafete sería puesto a prueba.
Si tan solo ella se hubiera imaginado que a pesar de la lluvia habría clientes, no le hubiera dado el día libre a Jenny. No que ella cuidara de negocios. Una mujer que no abre la tienda, no desea clientes, sin importar el clima. Y si una mujer de un pueblo pequeño no abre la tienda, a menos que ella entendiera que pasaría tan tiempo charlando, escuchando y arbitrando debates cuando ella iba registrando ventas.
Estaba bien, pensó Laine, eso era bueno. Pero si Jenny hubiera estado en el trabajo en vez de pasarse el día pintando sus uñas del dedo del pie y mirando jabones, Jenny habría sido quien atendiera a las gemelas Price.
Darla Price Davis y Carla Price Gotten tenían teñido el cabello del mismo color rubio cenizo. Sus abrigos eran idénticos de color azul y llevaban bolsos de estilo vagabundo. Cada uno terminaba la frase de la otra y se comunicaban con un tipo de código que incluía mucho movimiento de ceja, labios fruncidos, hombros alzados y pechos altos.
Lo que podría ser lindo en niños de 8 años, sería algo extraño en mujeres de 48 años.
De todos modos, Laine se recordó, ellas nunca entraban a “Remember When” sin dejar caer un paquete. Ellas podrían necesitar horas para dejarlo caer, pero finalmente las ventas sonarían. Eso levantó el corazón de Laine tan alto como el sonido de la caja registradora.
Hoy ellas estaban buscando un regalo de compromiso para su sobrina, y ni la lluvia y los estruendosos truenos se los habían impedido. Tampoco esto había desalentado a la joven pareja empapada que –dijeron ellas- se habían desviado dentro de Angel’s Gap en un capricho en su camino a D.C.
O el pequeño hombre mojado con su sombrilla rayada que busco los ojos de Laine, un poco frenético y perdido.
Entonces ella sonrió con más calidez. “Estaré con usted en un momento”, le dijo ella y siguió atendiendo a las gemelas.
"Por qué no miran un poco más," sugirió Laine. "Medítenlo. Tan pronto como "yo"-
Darla poso su mano sobre su muñeca, y Laine supo que no tenía escapatoria.
Necesitamos decidirnos. ¡Querida! Carrie es de su edad. ¿Qué te gustaría como regalo de compromiso?
Laine no necesitaba deducir esa indirecta. Ella tenía después de todo 28 años y no estaba casada, ni comprometida, no en ese momento, y sin ninguna cita. Esto para las gemelas Price era un delito contra la naturaleza.
“Usted sabe”, dijo Carla, “Carrie conoció a Paul en una cena en el Kawanian el otoño pasado. Debería usted relacionarse más, Laine”
“Si debería”, ella estuvo de acuerdo con una gran sonrisa. Como si quisiera engancharme a un calvo, divorciado CPA con complejo de senos. “Conozco a Carrie y se que amara cualquier cosa que usted elija para ella. Aunque tal vez un regalo de compromiso de sus tías debería ser más personal que unos candeleros. Son hermosos, pero el juego de tocador es más femenino”. Ella tomo el cepillo plateado del set que estaban considerando. “Me imagino que cualquier otra novia usaría esto en su noche de boda”
“Más personal,” Empezó a decir Darla. “Mas-“
“Si!. Nena” Podríamos tener los candeleros para –“
“Un regalo de bodas. Aunque tal vez deberíamos mirar las joyas antes de comprar el set de tocador. Algo con ¿perlas? Algo –“
“Algo viejo, que pueda usar el día de su boda. Pon los candeleros y el juego de tocador a un lado, querida. Iremos a ver el área de Joyería antes de decidirnos”.
La conversación saltaba de un lado a otro como una pelota de voleibol que era servida y recibida por dos bocas entonadas.
Laine se congratulo de su habilidad de saber quien decía que cada cosa.
“Buena idea”. Laine levantó los viejos candeleros. Nadie podría decir que las gemelas no sabían de gustos, o tenían pena de usar su dinero.
Ella empezaba a llevar las cosas a la caja cuando el hombre pequeño cruzó su camino.
Ella estuvo de frente a él, y pudo ver sus ojos que eran de unos azules pálidos enrojecidos por falta de sueño o alcohol o alguna alergia. Laine decidió que era por falta de sueño ya que ellos también tenían ojeras a causa de fatiga. Su cabello era canoso despeinado a causa de la lluvia. Él llevaba puesto un abrigo Burberry caro y una sombrilla de tres dólares. Ella asumió que él se afeito a la carrera por la mañana y perdió el parche que le cubría la mandíbula.
“Laine”
Él pronuncio su nombre con una urgencia y a la vez con algo de intimidad como si la sonrisa se tornara cortes y confusa.
“Si? Lo siento, ¿lo conozco?”
“No me recuerdas” Se inclino. “Ha sigo un largo tiempo, pero pensé…”
“Señorita!” la mujer rumbo a D.C. llamó. “¿Va enviar algo?”
“Si, claro!” Ella podía oír a las gemelas a través de uno de sus debates sobre aretes y broches, y sintió un impulso de comprarles los boletos a la pareja que va rumbo a D.C. Entonces el hombre pequeño empezó a contemplarla con mirada esperanzadora y se le puso la piel de gallina.
“Lo siento, estoy un poco ocupada esta mañana”. Ella se poso al lado del mostrador para poner abajo los candeleros. Intimidad, ella se recordó, era parte del ritmo de los pueblos pequeños. El hombre tal vez había estado antes, pero ella no lo recordaba. ” ¿Hay algo en particular en lo que le pueda ayudar, o le gustaría mirar un rato?”
“Necesito tu ayuda. No tengo mucho tiempo.” Saco una tarjeta, la puso en la mano de ella. “Llámame a este número, tan pronto como puedas”.
“Sr…” Miró la tarjeta y leyó el nombre. “Peterson, no entiendo!!. ¿Esta buscando vender algo?
“No. No” Su sonrisa sonó histérica y Laine agradeció que los clientes estuvieran apiñados dentro de la tienda. “No más. Le explicare todo, pero no ahora”. El miro alrededor de la tienda. “No aquí. No debería haber venido aquí. Llame al número”
Él la sujeto fuerte de las manos en un modo que hizo que por instinto Laine luchara por zafarse. “Prométalo”
Él olía a lluvia y jabón y…Brut, ella comprendió. La loción para después de afeitar le trajo recuerdos. Entonces los dedos de él le apretaron. “Prométalo”, lo dijo en un áspero susurro, ella sólo vio a un hombre extraño en un abrigo mojado.
“Por supuesto”
Ella le observo ir a la puerta, abrió su barata sombrilla. Y soltó un suspiro de alivio cuando se apresuraba hacia la lluvia.
Extraño fue lo único que ella pensó, pero estudió la tarjeta durante un momento.
Su nombre estaba impreso, Jasper R. Peterson, pero el número telefónico fue escrito a mano y subrayado dos veces, noto ella.
Guardo dentro de su bolsillo la tarjeta, ella empezaba a darle a la pareja de viajeros un saludo amistoso, cuando el rechinido de unos frenos se escucho en el mojado pavimento y alrededor se escuchaban gritos sobresaltados. Había un ruido horrible, un ruido sordo que ella nunca olvidaría. Así como ella nunca olvidaría el suspiro del extraño hombre pequeño en su abrigo de moda cerrarse de golpe contra su vista.
Ella echó le puso cerrojo a la puerta, dentro del torrente de lluvia. Los pasos aporreados en el pavimento, y en algún sitio cerca el sonido del metal quebrándose asombroso metálico, cristal rompiéndose.
Sr. Peterson." Laine agarró su mano, inclinó su cuerpo sobre el suyo en un intento patético de proteger el rostro en sangrentado de él de la lluvia. "No se mueva. ¡Llamen a una ambulancia!" ella gritó y tiró de su chaqueta para cubrirle como mejor ella pudiese.
“Lo vi. Lo vi. No debí haber venido. Laine”
“Ya viene la ayuda”
"Dejo esto para ti. Él quiso que te lo diera."
"Todo esta bien" Ella recogió su cabello que goteaba de sus ojos y tomó el paraguas que alguien le ofreció. Ella lo puso sobre él, y se inclino más cerca cuando él tiró débilmente en su mano.
“Cuídate!. Lo siento. Cuídate!”
"Lo hare. Por supuesto que lo hare. Sólo trate de estar tranquilo ahora, aguante, Sr. Peterson. Ya viene la ayuda."
"No recuerdas" La sangre corrió fuera de su boca cuando él sonrió. "Pequeña Lainie." Él tomó un respiro estremecedor, y tosió sangre. Ella oyó las sirenas cuando él comenzó a cantar con una voz delgada y jadeante.
"Recogí con todo mi cuidado y aflicción" canturreó él, luego respiró con dificultad. "Adiós, adiós, mirlo."
Ella contempló su cara derribada cuando su piel le comenzó a hormiguear. Memorias, que estuvieron mucho tiempo cerradas con llave, se han abierto. “¿Tío Willy? Oh mi Dios."
"Solía gustarme eso. Engañar," dijo él jadeantemente. "Discúlpame. Pensé que sería seguro. No debí haber venido”.
"No comprendo" Las lágrimas quemaban su garganta, recorrían sus mejillas. Él moría. Él moría porque ella no le había reconocido, y ella le había enviado fuera en la lluvia. "Lo siento. Lo siento tanto."
“Él sabe dónde encontrarte”. Entorno los ojos. “Esconde el perro?”
“¿Qué?" Ella se inclinó más cerca aún hasta estar junto a sus labios. “¿Qué?" Pero la mano que ella había tomado entre las suyas se debilito.
Los paramédicos la hicieron aun lado. Ella oyó sus códigos médicos, ya se había acostumbrado a escucharlo en la televisión, tanto que ella misma podría recitarlos. Pero esto era real. La sangre deslavada en la lluvia era real.
Escucho a una mujer sollozar y repetir una y otra vez con una voz estridente, “Él corrió enfrente de mi. No pude detenerle a tiempo. Él solo corrió enfrente del auto. ¿Él esta bien? ¿Él esta bien? ¿Él esta bien?”
No, Laine busco decir. No lo esta.
“Ven adentro, querida”. Darla puso un brazo alrededor de los hombres de Laine, le retiro. “Estas empapada. No puedes hacer más aquí afuera”
“Debería hacer algo". Ella aparto la vista de la sombrilla rota, las rayas alegres ahora estaban con mugre, y gotas de sangre.
Ella debería haberle calmado delante del fuego. Haberle dado una bebida caliente y dejarle calentarse y secarse delante del pequeño hogar. Entonces él estaría vivo. Contando historias y bromas tontas.
Pero ella no le había reconocido, y se estaba muriendo.
Ella no podría entrar, y dejarle afuera en la lluvia, solo con extraños. Pero nada podía ser hecho, solo mirar, inútilmente, mientras los paramédicos luchaban y fallaban en el intento de salvar al hombre que se había reído una vez de sus bromas de knock-knock y había cantado canciones tontas. Él murió delante de la tienda dónde ella trabajaba tan duro para construir una barrera de todos esos recuerdos de los cuales había creído haber escapado.
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Índice 
se culpa de la muerte del sr peterson....
en fin! 
